29.5.11

Fingiendo estar bien

Mi casa es un caos: dos niños menores de 3 años, una hermana sobreprotectora y criticona que encima no entiende mi problema con la bulimia; un cuñado empastillado porque tiene crisis de ira.
Mi hermana lo único que me dice es: si tuvieras fuerza de voluntad no harías esas chorradas de vomitar.
Mi cuñado a la mínima que hago algo mal (por lo general son chorradas como dejarme el tapón del jabón abierto) se llena de ira y rompe alguna pared a puñetazos.
Así que pese a que mi psicólogo diga que tengo que ser abierta y hablar de mis problemas en casa... No lo pienso hacer.
Lo que si pienso hacer es bajar de peso y deprisa porque estoy harta de comer, comer... pensando que si como me curaré. Pues no, no comeré y a lo mejor ya no vomito porque no habrá nada que vomitar.
Así que desde ahora contaré los días y escribiré cada puto bocado que me meta en la boca (aunque ya lo hago porque se lo debo enseñar a mi psicólogo) pero lo escribiré en mi blog. Y aunque me hayan prohibido pesarme yo me pesaré y sabré cada puto gramo de  menos que pierdo.
Se acabó, solo quiero ser feliz.